INSTALACIONES FOTOVOLTAICAS AUTOCONSUMO
Este tipo de instalaciones se caracterizan por permanecer enganchadas a la red eléctrica. Utilizan la energía de la instalación solar mientras pueden contar con ella y cuando no es así, consiguen la energía de la red eléctrica. Lo que va a diferenciar un tipo u otro de instalación es la gestión de los excedentes, es decir, lo que haremos con la energía generada y no consumida de nuestra instalación. En base a esto existen tres tipos de autoconsumo:
1- INSTALACIONES DE AUTOCONSUMO ACOGIDAS A COMPENSACION
Este sistema se caracteriza por aprovechar la energía que generamos en exceso, especialmente en los momentos en que no estamos en casa y no la estamos utilizando. Esa energía sobrante se inyecta a la red eléctrica, y a cambio, recibimos una compensación económica. Dicho sobrante será reflejado en la factura eléctrica, con saldo negativo en el término variable o lo que es lo mismo, aquel que refleja nuestro consumo. Se trata pues, de un descuento en la factura de la luz, que no debemos confundir con la venta directa de excedentes.Así, no solo optimizamos el uso de nuestra energía, sino que también colaboramos con el sistema eléctrico y obtenemos un ingreso extra. ¡Es una forma inteligente de hacer que nuestra energía trabaje para nosotros!
2- INSTALACIONES DE AUTOCONSUMO CON ACUMULACION EN BATERIAS
Esta alternativa de autoconsumo implica almacenar el exceso de energía en una batería que forma parte de la instalación, lo que nos permite utilizarla durante las horas en las que no hay luz solar. Sin embargo, seguimos conectados a la red eléctrica, lo que significa que si se agota la energía acumulada en la batería, podemos continuar utilizando la electricidad que obtenemos de la red.
3- INSTALACIONES DE AUTOCONSUMO SIN EXCEDENTES
La característica principal de este tipo de instalaciones es que no inyectan energía a la red eléctrica, sin embargo la toman de ella cuando es necesario. Son muy similares a los modelos anteriores, pero cuentan con un mecanismo antivertido que se conecta directamente al inversor. Esto asegura que no se genere más energía de la que se consume, evitando que cualquier excedente se vierta a la red. Al no aprovechar nuestros excedentes, perdemos la oportunidad de que otros los utilicen o de obtener algún tipo de compensación por la energía que hemos producido. Este tipo de instalaciones son especialmente útiles en contextos donde la normativa actual no permite la inyección de energía a la red eléctrica.